viernes, 11 de enero de 2008

LA PARTIDA FINAL

para Roque C.

Cuando pensó que se marcharía a la patria natal, nunca imaginó que este viaje era el último.
No leyó las noticias esta mañana donde el titular destacado daba cuenta que su hogar estaba en llamas, acorralado por langostas de metal y fuegos mortales.
No pensó jamás que llegaría el día o la noche. Siempre pretendía olvidar aquella sensación leve, cercana, de la helada y letal llovizna de lamentos irreales.
Cerró la puerta tras de si, miró una sola vez el mundo que dejaba y contempló la ruina reflejada en los charcos cristalinos, tan sutiles como en los ojos de quien lloraba por su inesperada ausencia; el ademán de adiós provocó que la sensación de partida era un juego, luego pensó, un juego cruel y desmesurado, impropio de una despedida. Luego apresura sus frios pasos en el pastizal y ensancha, una vez más, la débil huella alojada en la tierra que fuera suya. Atrás queda esa sonrisa irónica y no vacila, limpia sus lentes oscuros y comprende que el sol brilla en tonos levemente rosas más allá de la frontera y los barrotes de su existencia.

T.K



IMAGEN: Giacometti: Man walking in rain, 1948

No hay comentarios: