martes, 2 de septiembre de 2008

Lao Zhang y su banderita azul



El señor Lao Zhang despierta al alba
y practica tai chi
acto seguido lava meticulosamente
sus extremidades y las desdichas del día anterior.

Asoma en sus ojos un nuevo día
y luego con delicadeza
quebradizo
tembloroso lustra el esqueleto gris de su bicicleta
con milenaria paciencia.

Sus pensamientos brotan frescos
como la primera brisa de primavera
pero sus labios susurran una vieja canción.
Lao Zhang respira profundo
y saluda amable
con aquella banderita azul prendida en su mano derecha.

Hay idiomas nuevos en Beijing
para su viejo oído acostumbrado al dialecto Wuzhou
en la natal Jinhua.

Pero ahora está aquí con su banderita azul
en Qianmen, al sur de la Plaza Tiananmen
esperando
entre tanta selvatina torciendo esquinas
dignamente esperando
entre tanto jolgorio de banderas rojas
a sus camaradas que no llegaron.

Lao Zhang agita la humana longitud de su banderita azul
en el domo frio y silencioso:
pudo protestar solitario, libre e ignorado
como ola inadvertida en la orilla del Changhe.

Ahora su hu-ch ' in protesta por él
todas las mañanas de Beijing
algunos escuchan atentos
y lanzan al viento pequeñas monedas de níquel
en la calle principal, Qianmen,
al sur de la Plaza de Tiananmen.


Nvro

Septiembre 2008

5 comentarios:

Jorgelina Mandarina dijo...

"acto seguido lava meticulosamente
sus extremidades y las desdichas del día anterior."

Hermosa imagen me ha dejado esa frase.

ALBERTO NAVERO dijo...

gracias por la visita, siempre bienvenidos a este sencillo rincón.
atte
Trapelakucho

mentecato dijo...

Buenísimo texto.

Un abrazo.

Sirena Varada dijo...

La esperanza es al tiempo lo que el reloj a una pila gastada. Acaso el señor Lao Zhang nunca dejará de esperar a sus camaradas que no llegaron y se atreverá a volver donde los primeros pasos, y preservará sus sueños como puerto hundido del que asoman los vestigios, agitando la “humana longitud de su banerita azul”.

Un placer conocer tu blog y pasear por tus letras

Mittie Organelo Sincrético dijo...

bien estimadísimo navero, pero es hora de actualizar el blog...

atte

Luis Amador.-