
"el mundo es mi representación"
Schopenhauer
Un efecto luminoso, o tal vez, esa risa paranoica por saberte identificado entre millones, te mueve en segundos a transfigurar un árbol que se sabe árbol, un grito oído a la distancia que no retornará, un reptil impaciente soñando su presa que asoma en el lugar acostumbrado, un actor de segunda reprochando su destino y el trabajo sucio, como un sicario de Dios, frotando aquellos dedos en el acero de la frase favorita: "he matado, he matado" a un perfecto desconocido, frente a este espejo, por encargo del cadáver de Joel Clemente.
oct 2009