domingo, 23 de diciembre de 2007

Sueños del poeta


El poeta sueña
(porque no le queda otra cosa más a mano)
porque piensa que todos sueñan como él
(primer error de tantos que se esmera en cometer).

Corre a desnudar la primera musa(o), según la preferencia de moda que aparece en su derretido mundo. Derretido, porque nadie está con él, en su calórico intento, por lo mismo, derretido, deshecho, deslaureado, deslucido, decapitado (casi siempre) por sus pares.

¿Acaso existen poetas felices?

El Poeta o la Poeta da lo mismo. Sin género, con género... degenerado, eso no tiene importancia, si lo que versa su alma es poesía.
Pensamiento degenerado, nada normal, nada moral, porque es un equilibrista en su propia cuerda, un transgresor, un suicida y asesino de lo cotidiano.
Recuerdo ciertos comentarios de mi niñez: "cómo es posible niñito que pierdas el tiempo soñando y escribiendo barbaridades", " TK, es un loquillo soñador, siempre anda en las nubes ¿cómo bajas un astronauta que admira a David Bowie?"

Los poetas son los primeros en la línea de batalla, los primeros en caer víctimas de las balas. Son pocos los poetas tipo camaleón, son pocos. Pero de que existen y guardan silencio... los hay.

Los poetas locales (léase ciudad, región, comuna, etcccc ) son un modesto prisma, la nada misma de la poética universal, pero créanme y supongo estarán de acuerdo, esta especie humana en extinción es el sustento, la base frustrada donde logran los grandes faránduleros aclamarse, sentirse importante y obnubilar con sus destellos de atrayente misterio y soberbia insidia a la plebe. Ah! maldita plebe... nunca están con quién deben estar.

Mácula divina de la sociedad. Los poetas mueren y viven con o sin mancha, aquí en el monte Yam o en el río Ganges, o el Mapocho. Son tan conscientes de sus sueños que saben vivir para morir en el absoluto desamparo. Conozco algunos que aún revolotean entre los muertos y nutren aquella pobreza gracias a la riqueza que emana de sus efluvios oníricos. La existencia es su mejor absurdo, el caliz amargo de la iniciación, la gesta heróica por saberse elegidos de los dioses.

¿No es mejor tener hijos... labrar la tierra, llenarse de deudas y malos presagios sobre esto u aquello, que vivir soñando tonterillas?

Pero, mis queridos contertulios... la vida sigue, sigue feliz en algún lugar de la Mancha... en Urzbekistán o en MauleLand, en el suroeste de las antípodas con sus remolinos despidiendo belleza en cada giro.
Hasta allí nos dirigimos, plantando claveles y clavelinas, rosas y crisantemos por caminos asexuados, hermafrodos, absurdos y belicosos... Sigamos soñando en silencio para que no despierte mi musa (esta noche no he tenido respiro).

Mr. T.K.

(la imagen corresponde a: "sueño de poeta" de Rafael Olbinski)

1 comentario:

Intramuros de Coronel Vallejos dijo...

Gracias por el comentario que dejaste en mi blog. Afortunadamente, eso me hizo llegar a este espacio que me cautivó, por muchas razones.
Gracias por la magia.
Luna de Pegaso.