En los soles que abundan en ciudades
llenas de palomas
en el precipicio que agiganta la distancia
tras los cerros, la penumbra
arrea estrellas como ganado desperdigado
y aquellos soles ensimismados ocultan
en la boca de los techos
el hilo entrecortado de palabras sin esperanza.
Camino por esta Alameda y es tarde
cuando llego a esa esquina que conoces
(la misma donde nos perdimos)
me detengo
mientras lo que queda
de ciudad me traspasa como viento de otoño.
El aire turbulento mimetiza voces
lastimeras de
evangélicos frustrados invocando plagas del infierno.
A pocos pasos
sentados en el monumento a la biblia
(librito simpático, de tapa negra y letra chica: ilegible)
un grupo de escolares
afectos a la natural sordera
mueven sus axilas como alas de pájaro frenético
y brillan como soles en la oscuridad
felices
porque juegan a la pelota con su corazón.
miércoles, 4 de marzo de 2009
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8 comentarios:
Siempre es un placer pasar por aca.
Bello poema éste, Corazón con Frío.
Saludos.
Siempre bienvenida María Susana, noble viajera
Saludos
Perdóname, pero tengo envidia sana de los que sabéis expresaros tan bien.
Saludos
Hola Kety... qué gusto tenerte por aquí, también paso por tu blog y pienso lo mismo..
Un abrazo
Felices...porque juegan a la pelota con su corazón. Genial maestro.
Es un placer leer tus bellas letras.
Lindo día!
Un abrazo
Bellisimo, amigo, mucho.
Recordé algunas cosas mias, intimas. Gracias por decirlo tan bello.
Te abrazo
MentesSueltas
Me gusto mucho... que bien que escribis!
Escribes tan... tan.... bello...
besitos y amor
je
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